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Tener tu propio negocio fotográfico implica mucho más que intercambiar una serie de emails con el cliente, hacer la sesión y entregar el trabajo. Si estás empezando y quieres llegar conseguir crear tu propio negocio como fotógrafx me gustaría que comenzaras haciéndote esta pregunta: ¿Con cuántas ganas lo deseas?
Porque tener un negocio fotográfico tiene sus partes buenas y aquellas que no lo son tanto. En este artículo vamos a profundizar en las ventajas de tener un negocio fotográfico y lo que puedes hacer para conseguirlo.
Ventajas de tener un negocio fotográfico
- Te sientes realizado porque finalmente puedes vivir haciendo lo que te gusta. Eso mejorará mucho tus relaciones personales y profesionales.
- La libertad que te ofrece ser tu propio dueño no tiene precio. Puedes pasar más tiempo con los tuyos. No debes esperar a verano o navidad para hacer planes en familia.
- Tener un negocio fotográfico saludable debe permitirte vivir económicamente bien, tal vez sin grandes lujos, pero con la tranquilidad de que no tendrás que preocuparte por llegar a final de mes o permitirte algún que otro capricho.
Tener un negocio fotográfico de éxito es cuestión de actitud
Para que el negocio salga adelante hay que cumplir una serie de requisitos que tenemos que considerar para que finalmente termine siendo exitoso.
- Constancia. Un negocio es un proyecto a largo plazo. Debes ser capaz de soportar la presión inicial que enfrentarás en las diferentes situaciones, Prácticamente cada día será una dura prueba. Sé consciente de ello y toma las decisiones adecuadas.
- Foco. Tener claro a dónde se quiere llegar es fundamental. Eso evitará muchas dudas iniciales y te permitirá dedicar esfuerzos a lo que realmente importa para conseguir alcanzar los objetivos que te propongas.
- Actitud. Esta es la base del resto de componentes. Sin actitud no hay nada. Debemos entender que habrá obstáculos y que hay manera de superarlos. Sacar fuerzas de donde no las hay cuando todo parece estar en contra. Confiar en uno mismo para seguir adelante. Reconocer que nos equivocamos y pedir ayuda si es necesario. Todo eso es parte del corazón de un negocio fotográfico de éxito.
Si quieres vivir de la fotografía debes tratarla como un negocio
Es totalmente aceptable que haya fotógrafos aficionados que simplemente entiendan la fotografía como hobby. En cambio, si lo que quieres realmente es conseguir vivir de ella necesitas afrontarla desde otro punto de vista.
En el momento en el que tomas el control de tu negocio la opción natural es hacerlo todo solo y a veces eso puede ser demasiado. Primero por la cantidad de tareas que puede llegar a superarnos y por otra parte por el desconocimiento en la correcta gestión en las mismas.
Realizar fotografías, post-procesarlas, comunicarse con los clientes, hacer correcciones, viajar hasta el lugar del trabajo, crear publicidad para nuestro negocio, administrar las finanzas, preparar materiales para la entrega, contactar con proveedores, comprar material, controlar el equipo fotográfico, gestionar archivos una vez volcados al ordenador y un largo etcétera.
En cada uno de los casos, habrá que valorar las opciones para elegir la mejor, la más eficiente, tratar de optimizar recursos y procesos de trabajo. ¿Viajar en coche o en tren? ¿qué imprenta me ofrece un bien precio, es fiable y respeta los plazos de entrega? ¿necesito comprar equipo nuevo o, para la frecuencia de uso que preveo, me vale con algún accesorio fotográfico de segunda mano?
Por tanto, en una misma tarde podemos ser, aparte de fotógrafos, agentes de atención al cliente, taxistas, gestores financieros, informáticos, retocadores… ¿Se entiende la multi-tarea?
¿Cómo podemos evitar convertirnos en un fotógrafo orquesta?
Uno de los principales motivos de fracaso a la hora de crear un negocio fotográfico es la cantidad de funciones que tenemos que realizar. Eso conduce a una saturación, bloqueo y en muchos casos desistimiento.
Tu día tiene 24 horas y siempre querrás hacer más de lo que consigues hacer. Pero entonces, ¿Por qué hay personas que consiguen hacerlo y otros en cambio no?
Existen dos claves fundamentales para salir adelante: Automatizar y Delegar.
Automatizar
Cuando realizas una misma función o una sucesión de determinadas acciones repetidamente debes pensar en automatizar.
Automatizar procesos puede significar crearte una guía de apoyo para tenerla como base siempre que te enfrentes a una determinada tarea para no perderte en ninguno de los pasos.
Puedes automatizar mediante la ayuda de diferentes herramientas, existen multitud de ellas online. Si haces uso de ellas te beneficiará a la hora de ganar tiempo.
Por ejemplo una herramienta de aplicación directa sería dentro de Photoshop. La herramienta “Acciones” permite grabar una secuencia de pasos y convertirlos en una acción. La siguiente vez que necesites realizar esa secuencia de comandos bastará hacer un solo clic.
Sucede lo mismo con herramientas de email marketing, gestión de redes sociales, programas de gestión administrativa, etc. Descubre qué acciones son las que constantemente repites una y otra vez robándote energía e intenta optimizar el tiempo que gastas en ellas mediante la automatización.
Delegar
Delegar tareas es necesario para que puedas abarcar más sin sentirte agobiado o sin tiempo. Si lo intentas hacer todo tú solo es probable que te quedes estancado por falta de tiempo al ser responsable de todo. Esta es la forma natural que las empresas tienen para crecer. Aún siendo un negocio unipersonal es fundamental considerar esta opción.
Tienes que quitarte ese prejuicio de que tienes que ser el mejor en todo y el que tenga que hacer todas las tareas. Si eres fotógrafo y tu fuerte es realizar la sesión fotográfica y la parte más creativa, hay muchas tareas fundamentales, y nada creativas, necesarias para que puedas evolucionar y que podrías delegar. En este caso no se puede generalizar ya que cada caso es particular.
A continuación se exponen algunas de las tareas que como fotógrafo podrías dejar en manos de otros profesionales:
- Gestiones financieras. Normalmente esto es un clásico. Podríamos llegar a hacerlos nosotros, pero la curva de aprendizaje que necesitamos para hacerlo, nos supondría perder dinero. Es mejor pagar a un gestor que trate de todo el papeleo y despreocuparse sabiendo que no van a haber errores.
- Retoque fotográfico. Una de las profesiones muy reconocidas dentro de la fotografía es el retocador fotográfico. El dominio de herramientas como Photoshop a veces puede ser un dolor de cabeza para muchos fotógrafos. Confiar en las habilidades de alguien que conoce dicho programa como la palma de su mano puede ser un acierto.
- Atención al cliente. La mayoría de los fotógrafos, cuando no hay mucho volumen de trabajo realiza esta función personalmente, pero hay muchas parejas de fotógrafos que naturalmente realizan esta función por separado. Uno de ellos se dedica a los clientes y el otro más a la parte fotográfica. Tratar con los clientes puede consumir mucho tiempo y delegarlo te ayudaría enormemente a liberar tiempo para dedicarlo a lo que te gusta.
Estas son sólo algunas de las acciones que se pueden delegar. Hay muchos profesionales cualificados que están dispuestos a ayudarte en este ámbito y que son expertos en sus especialidades. Caer en el error de pensar que puedes hacerlo todo tú perfectamente puede suponer el fracaso asegurado.
